Matemáticas

domingo, 17 de febrero de 2013

Londres

Londres conjuga como ninguna otra ciudad la más absoluta modernidad con el tradicionalismo más arcaico. Esto se hace patente en los taxis, en la manera de vestir de  la gente y en la extensa panoplia arquitectónica de su inmenso trazado urbano. Sus gigantescos parques, perfectamente integrados, son la necesaria mirada de la ciudad a una naturaleza que el británico echa de menos continuamente. Tal vez los londinenses sean los urbanitas más convencidos de que su ciudad es la mejor del mundo, y este sentimiento hace de Londres una destino sugerente, vivo, frenético y único, de grandes contrastes. Posee, por otra parte, una política museística de "pasen y vean" realmente irresistible.


 












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