Al sureste de China, en la enorme provincia de Guangxi, se encuentra la animada ciudad de Guilin. Lo más llamativo de la zona es la irreal orografía en que está asentada la localidad, con multitud de montañas de formas peculiares que surgen inopinadamente en medio de la misma ciudad, elevándose de manera brusca. Sus alrededores no son menos sorprendentes. Estas montañas de formas caprichosas ocupan una extensa región atravesada por el río Li, que fluye serenamente a través de valles sinuosos, rebosante de barcos turísticos desde los que se disfruta de un paisaje cambiante a cada momento, y que son observados por los campesinos y pescadores locales, los búfalos de agua, las grullas y las garzas.